jueves, 8 de marzo de 2012

Imparcial - 2011

Un mudo recupera la voz, no mide lo que dice. La situación se agrava cuando se es ciego de un ojo.
¿Cuál sería el motivo de aquella verborragia?
Sería la cura repentina a tu mal crónico, quizás, o la prueba irrefutable de un silencio electo y selecto.
Tal vez, simple venganza.

No hay comentarios:

Publicar un comentario